Gran bretaña poseía una industria admirable equipada para acaudillar la Revolución Industrial en las circunstancias capitalistas, y una coyuntura económica que se lo permitía: la industria algodonera y la expansión colonial.
La industria británica, como todas las demás industrias algodoneras, tuvo su origen como un subproducto del comercio ultramarino, que producía su material crudo y los artículos de algodón indio o indianas, que ganaron mercados, de los que los fabricantes europeos intentarían apoderarse con sus imitaciones.
El comercio colonial había creado la industria del algodón y continuaban nutriéndola.
En el siglo XVIII se desarrolló en el hinterland de los mayores puertos coloniales, como Bristol, Glasgow y especialmente Liverpool, el gran centro de comercio de esclavos. Cada fase del inhumano y prospero periodo de la esclavitud fue de la mano con el algodón.
Las plantaciones de las Indias Occidentales, a donde los esclavos eran llevados, proporcionaban la cantidad suficiente de algodón en bruto que la industria Británica necesitaba.
La industria del algodón era muy prospera entre 1750 – 1769 las exportaciones de algodón británicos aumento mas de diez veces.
Durante las guerras Napoleónicas, en que los mercados europeos estuvieron cortados por el bloqueo. Pero una vezterminadas las guerras, aquellos mercados continuaron afirmándose. En 1820, abierta Europa de nuevo a las importaciones británicas, consumió 128 millones de yardas de algodones ingleses y América, África y Asia consumieron 80 millones; pero en 1840 Europa consumiría 200 millones de yardas, mientras las zonas subdesarrolladas consumirían 529 millones.
En 1830 la algodonera era la única industria británica en la que predominaba el taller o hilandería (nombre este último derivado de los diferentes establecimientos preindustriales que emplearon una potente maquinaria.)
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